Los rusos tienen una larga historia asociada al té y conservan hasta hoy su lazo con esta infusión milenaria; seguramente por eso no ha sido difícil para ellos descubrir y valorar las propiedades de la yerba mate, y acoger como suyo este regalo de los guaraníes en Sudamérica.
En San Petersburgo, la “capital cultural” de Rusia, se ha extendido de forma significativa el consumo de mate. En esta ocasión, nos pasearemos por tres lugares recomendados para tomarse un buen mate en esta ciudad por demás encantadora, considerada como la Joya del Báltico.
Entre los principales atractivos de la llamada “Venecia del Norte” están sus magníficas catedrales y templos ortodoxos con fachadas barrocas, neoclásicas o renacentistas; entre las que destaca sin duda la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada o Iglesia de la Resurrección de Cristo. Este templo a orillas del río Griboyédova ofrece un cuadro esplendoroso de día y de noche, y qué mejor forma de contemplarlo que tomando un buen mate dulce o amargo.
El Campo de Marte es un espacio muy abierto con grandes extensiones de césped, ideal en verano para tomar el sol, correr, relajarse y por supuesto, ¡perfecto para matear! Incluso en invierno, éste es uno de los lugares más bellos de San Petersburgo. Está ubicado en el centro de la ciudad y con frecuencia se hacen espectáculos por las noches con cientos de linternas, en los que cualquiera puede participar.
Se trata del jardín más antiguo de la ciudad, al mejor estilo del Versalles en París, situado entre los ríos Fontanka, Moika y el Canal de los Cisnes. Más cerrado y más pequeño que su vecino Campo de Marte, pero con muchísimas fuentes de agua, estatuas y alta afluencia de turistas. Para los amantes de la calma que brinda la naturaleza este será sin duda un paisaje ideal para hacer un break y juntarse a tomar un cálido mate.
Al igual que Moscú, tampoco será complicado conseguir yerba en San Petersburgo. Se consigue en algunos kioscos del centro y hasta se sirve como acompañamiento en algunos cafés.